LOS BARRILES NO SE FABRICAN, SE LEVANTAN

 

No se trata sólo de poner whiskey en barriles. Confiamos en ellos. Nuestro whiskey pasará un buen tiempo ahí, consiguiendo todo su color ámbar y mucho de su distintivo sabor. Los barriles son muy importantes en el carácter de nuestro whiskey y es por ello que los producimos por nuestra cuenta. No es fácil. Y es probablemente la razón por la que somos unas de las pocas destilerías en el mundo que aún lo hace.

 

Nuestros barriles son hechos principalmente de dos materiales: roble blanco americano y destreza estadounidense. No se mantienen firmes con pegamento o clavos, sino por la presión que realiza la madera. 33 tablas, para ser exactos, ninguna con el mismo tamaño que otra. Es una tarea demasiada meticulosa para ser realizada de forma automática. Una vez reunidas las maderas, el interior del barril es tostado y carbonizado para extraer el azúcar natural de la madera y caramelizarla. Esos azúcares son parte tan importante en el desarrollo del sabor de nuestro whiskey, que desarrollamos nuestro propio método para tostar nuestros barriles, exclusivo de Jack Daniel’s.

 

Toda esta precisión y esfuerzo para un barril que usaremos sólo una vez. Sólo maduramos nuestro whiskey en barriles de nuevo roble blanco americano. Después de que los barriles entregaron su sabor a nuestro whiskey, los vendemos a productores de salsa picante, cervecerías y productores de whisky escocés, que los reutilizarán muchas veces más. Y porque esos barriles fueron alguna vez el hogar de nuestro Tennessee Whiskey, nos gusta pensar que hemos aportado a hacer esos productos un poco mejores.